Una simple pregunta para el kirchnerista de manual: ¿Por qué Milani puede y Patti no?

23.07.2013 09:21

“Hace 36 años que estuve en Tucumán, tenía 21 años y estaba en la Unidad de Ingenieros de Construcciones”, se defendió César Milani, el elegido por Cristina Kirchner para encabezar el Ejército, aunque ahora esté en la cuerda floja luego de que el propio CELS de Horacio Verbitsky repudiara su designación.

El escándalo estalló después de que Jorge Lanata denunciara en “Periodismo para Todos” que Milani es mencionado en el “Nunca Más” de La Rioja por su participación en la última dictadura. Nada que la oposición no hubiera dicho antes. Pero la controversia creció, el Grupo Clarín le dio la estocada final y ahora el tratamiento de su pliego pasó a cuarto intermedio en el Senado.

La propia presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aclaró que si la Justicia prueba las acusaciones en su contra, Milani debe ser separado de su cargo. Pero Verbitsky fue más allá y este domingo pidió que el militar hiciera “un paso al costado”.

Milani se presentó en el Juzgado Federal Nº 1 de Tucumán ante el juez Daniel Bejas tras la presentación de grupo de legisladores de la UCR para reabrir la causa en la que se lo investiga por su supuesta participación en el Operativo Independencia. El flamante jefe del Ejército sostuvo que esas informaciones “persiguen un fin político, que es perjudicar al Gobierno”.

Milani negó haber participado en los años de plomo del traslado de Ramón Olivera, uno de sus denunciantes. ¿Le parece que le iban a asignar esa misión a un joven de 21 años que, además, según dice Olivera, tenía que presionarlo y hacerle decir que era del ERP?”, planteó ante el juez. “Nunca estuve en un centro clandestino, nunca participé de ninguna detención ni traslado”, se desentendió.

Curioso, porque Luis Patti, condenado por violaciones a los derechos humanos, apeló al mismo recurso para defenderse. El ex comisario negó su participación en los vejámenes de la dictadura porque, por entonces, tenía 21 años y era oficial subinspector de la Comisaría de Escobar.

El “doble estandar” cae, entonces, de maduro. ¿Por qué para el kirchnerismo Milani puede encabezar el Ejército argentino y Patti no pudo asumir su banca de diputado nacional, para la que fue electo por los propios bonaerenses?

Uno es amigo, el otro no. Más allá de que Cristina Kirchner termine dando el brazo a torcer -al mejor estilo Daniel Reposo-, nadie en el universo oficial podrá despejar los fantasmas de que el Gobierno eligió a un acusado de procesista para conducir el Ejército.