SEGURIDAD: LA BRECHA QUE SE AMPLIA ENTRE EL TEMOR Y LA CONFIANZA

22.09.2013 21:20

Por José Daniel Falcón (*)

 

En la presente edición nos referiremos a ese distanciamiento que ha surgido (el cual se trata de acortar), entre los sucesos que ocurren que por temor u otra situación no se detallan y la confianza que debiera existir hacia aquellos, quienes poseen no solo la facultad sino la responsabilidad de poder afrontar la problemática que hoy atraviesan quienes fueron víctimas y quienes suponen ser potencialmente blanco de riesgo.

Ante la pérdida de confianza en el poder estatal de controlar efectivamente el delito, los sistemas preventivos enfrentan serios desafíos para aumentar la calidad, efectividad y eficiencia de sus servicios, es decir, la población siente cierta indefensión con las instituciones del estado que no responden a la magnitud del problema,

El miedo al delito en una sociedad, en un período determinado, es el resultado de un proceso sociocultural, aparece este concepto en la sociedad actual, ya que se han venido dando hechos que han generado temores que antes no existían, son el resultado de acontecimientos, ocurridos no hace mucho tiempo, que han dejado una huella imposible de borrar, esto, entre otros aspectos es lo que ha llevado a que la comunidad no pueda o le cueste confiar en las autoridades, sumándole a esto algunos incidentes ligados con la “corrupción”, detalle no menor.

De los sucesos vividos o referidos surge un temor natural a ser víctima y al concatenarse con situaciones similares surge la famosa "sensación de Inseguridad" que nadie puede medir y todos pueden usar como un elemento de análisis político, a veces, hacia donde cada interés del momento lo necesite.

Asistimos entonces a sucesos impactantes en materia delictual, anuncios exuberantes, cruce de responsabilidades grandilocuentes, pero no se visualiza la pragmatización de cuestiones básicas en la seguridad. Aguardando la responsabilidad de la voluntad política para alcanzar la solución de la problemática se avanza en ocasiones a tientas, de forma errática, casi desquiciada y de actuación mediática, lo que incrementa aún más la desconfianza pública.

En la seguridad ciudadana, las intervenciones se centran en la actuación de la policía y no en la prevención social y primaria, así los recursos no parecen suficientes en la relación a la demanda, hay un escaso monitoreo y evaluación de las políticas, así como una insuficiente gestión de información e investigación social sobre el tema,

 

ALGUNAS CIRCUNSTANCIAS QUE OPERAN EN CONTRARIO

- En lo referido a los datos informativos que se reporta (estadísticas), concurren en esta información muchas veces circunstancias de sospechas o falta de credibilidad, por lo que la responsabilidad que ofrezca esa información debe ser confiable o por lo menos de procedencia identificable, palpable que estime cierta “realidad” para que el receptor tenga la opción de posible comparación con su actualidad y de allí la posibilidad recién “libre” de creer o no creer;

- Se trata de estipular en las cuestiones de seguridad, a modo de impacto, las altas y costosas inversiones, pero no se especifican los “resultados” que es lo que atañe de manera efectiva a la ciudadanía;

- No se plantea en el desarrollo de esta “política” de seguridad, la pretensión de objetivos, metas, procesos, partícipes de manera definida y precisa, sino que cada programa y/o planificación de la misma resulta una mescolanza que solo atiende a una especie de coyuntura y como me manifestara un periodista, configuran “parches”, en un cada vez más urgente sistema de de seguridad que necesita la sociedad chaqueña. “Las políticas deben aspirar a transformar la realidad a partir de cierta prospectiva, tratando de abordar el problema presente o futuro y ser dinámicas”.

- La evaluación constante, una imperiosa obligación, de toda gestión de políticas, no se verifica, y ante el mínimo análisis o producción de debate se vuelve a dar de bruces con la contrastación que nos presenta nuestra realidad,

 

RELACION

  • Existe una relación entre desigualdad socioeconómica estructural y todas las expresiones de la violencia incluida, principalmente, la criminalidad. - Necesidad de actuar sobre las variables que aparecen asociadas al delito. -Ante el crecimiento de la inequidad y la injusticia, el gran desafío es la prevención social. - Para reducir el delito se requerirá: dosis prudentes de prevención situacional, dosis prudentes de justicia penal de excelencia y toda la justicia social necesaria.

ALTERNATIVA:

- La decisión del Poder Político constituido en Poder Público puede y debe definir en los aspectos de sus políticas de la “Política de Seguridad” si realmente quiere transformar la realidad.

- Se debe analizar toda opinión, crítica, que desnuda la realidad, y no solamente considerarla como “oposición”, sino como “opinión constructiva”, pues, se ofrece la alternativa y dependerá de los responsables actuar en consecuencia para la obtención de la mejor solución aceptable.

- A través de entidades comunitarias, como Concejos y Foros observar la utilidad de hacer ejecutar acciones ante problemas ya detectados, pero por sobre todo tratar de prevenir delitos o acciones que contravengan a la tranquilidad pública, en la comunidad en la cual se conforma. Además de actuar ante eventos ya suscitados, su mayor desafío resulta concretar un mayor nivel de anticipación ante los hechos.

 

REFLEXIÓN:

Se debe generar la “confianza pública” a través de nexos de alianza entre los ciudadanos, los organismos públicos, privados, empresas, y entidades no gubernamentales, para posibilitar lazos de unión y certezas, contribuyendo al bienestar de los individuos en el seno social y aportar alternativas en temas de seguridad. Esto deberá darse desde una visión de inteligencia estratégica, promovidas desde el Estado.