Día de furia: trabajadores del basural tomaron la Municipalidad
14.12.2012 06:11

Por Oposicion Al Nuevo Lugar
Ingresaron a la fuerza y permanecieron durante toda la mañana dentro del edificio, reclamando ser atendidos. Tras el inminente desalojo policial, los manifestantes abandonaron el lugar por decisión propia, pero aseguraron que volverían a tomar medidas.

La demanda de 200 familias que trabajan de la basura llegó ayer a un extremo cuando ingresaron a la fuerza a la Municipalidad de Resistencia y tomaron las instalaciones, mientras que con los carros interrumpieron el tránsito en los alrededores. Un grupo de mujeres se encadenó al ingreso del despacho de la intendenta Aída Ayala, reclamando ser atendidas, sin embargo la mediadora del Poder Ejecutivo Provincial, Marcela Acuña y la fiscala de turno Lilián Irala, intervinieron durante toda la mañana dialogando con las partes y cerca del mediodía lograron que los manifestantes depongan su actitud, ante el inminente desalojo policial. Para esto ya estaban dispuestos cientos de efectivos por todo el edificio. Si bien se vivió momentos de tensión, la situación fue controlada y no derivó en represión ni enfrentamientos.
Pero, producto de la falta de respuestas, los manifestantes decidieron permanecer en la vereda del edificio comunal hasta tanto tengan alguna solución.
Según explicó la vocera del grupo, Antonia Galarza, el nuevo predio que dispuso el municipio para la disposición final de los residuos, la Estancia María Sara, se encuentra a 30 kilómetros de la ciudad, por la ruta 11, y no cuenta con las instalaciones necesarias y comprometidas por la comuna para que los trabajadores puedan desarrollar sus tareas lo más dignamente posible. «El baño está a un kilómetro, eso es una quebrada que cuando llueve se inunda todo y no pueden pasar ni los camiones, el tanque de agua está herrumbrado, si a cualquiera de nosotros nos pasara algo, no tenemos ni hospital ni centro de salud cercano», enumeró los inconvenientes que les genera la nueva ubicación del basural.
la basura y
su disposicion
El conflicto con las familias que viven de la basura, como único recurso, comenzó tras la clausura del histórico basural, que se encontraba en los terrenos de la familia Valussi. Ante esto, la Municipalidad de Resistencia, mediante un convenio con la comuna de Barranqueras, comenzó a depositar las 300 toneladas diarias de residuos en un nuevo predio de la localidad portuaria, llamado Campo Gauna. Sin embargo, ante el incumplimiento de las normas ambientales, la jueza de faltas de esta localidad, Sandra Saidman, ordenó la clausura también de este vertedero. Ante la imposibilidad de trasladar de forma inmediata nuevamente el basural, la magistrada concedió una prórroga a la Municipalidad.
Según explicaron los acopiadores de basura, tenían plazo hasta el 15 de enero para continuar en el Campo Gauna. Pero hace tres días que los camiones dejaron de ingresar al lugar, y comenzaron la disposición de los residuos en la nueva ubicación.
«No trabajamos ayer y ya no tuvimos qué darle de comer a los chicos, vinimos acá (por la Municipalidad), nos dejaron toda la mañana acá afuera y recién al mediodía nos atendieron y nos dijeron que estaba todo solucionado, pero cuando llegamos, todo estaba igual», explicó Galarza.
Ante la llegada de las fiestas de fin de año y con el fin de poder organizarse, los trabajadores pidieron una nueva prórroga hasta fines de diciembre. Pero desde la comuna explicaron que esa decisión depende de la Justicia.
discriminados
El ingreso a la Municipalidad fue forzado y en el camino quedaron vidrios rotos y otros elementos, como planteros, destrozados, es así que los trabajadores municipales fueron instados a abandonar sus puestos, por precaución. «Nosotros no somos violentos, pero no nos dejan otra alternativa, somos personas como cualquiera de los que están acá, pero nos discriminan porque trabajamos de la basura, nosotros somos los que comemos sus sobras, cuando entramos en los despachos tiran desodorante de ambiente, nos dicen una cosa, firman papeles, pero después hacen otra», comentó Galarza. «Nosotros no pedimos ni planes sociales, ni bolsas de mercadería, nada, nosotros lo único que queremos es seguir trabajando para poder darles de comer a nuestros hijos», resaltó. «Ahora vamos a tener que venir a buscar la basura a la ciudad», explicó la vocera.
Si bien los proyectos tantos municipales como provinciales incluyen un Centro de Disposición Final de Residuos con un centro de reciclaje con las normas de bioseguridad, que incluirían a estas familias como mano de obra, todavía no existen noticias al respecto de su concreción, mientras que la gente debe seguir subsistiendo en las mismas condiciones.